
Lo que conlleva, y el peso que tiene nombrar a una mascota, a una persona, o incluso a una cosa; es digno de estudio y análisis interpretativo.
Yo, me centro en el estudio de la elección , de un nombre para un perro, pues hace poco que tengo un cachorro, y me parece el campo más representativo para desarrollar mi ideal. Respetando en todo momento, el nombre de todos los animales...
Para facilitar la comprensión y simbolizar los casos sometidos al estudio, ejemplificaremos con el nombre escogido por mí para mi perro.
Enumeraremos diferentes ítems que detallen las características "ideales", según mi criterio; que deben conglomerarse y funcionar sinérgicamente para que un nombre sea "políticamente correcto".
1.Procedencia .
Cuál es el origen del nombre. Un libro, un deporte, una serie...
También al contrario puede darse un invento del nombre, por lo que quedaría anulada esta precisión en la elección de un apodo.
Bajo mi criterio, estaremos casi obligados a conocer la fuente del nombre, es decir, que si nuestro perro se llama como un personaje de una pelicula, nosotros tenemos una "responsabilidad" con esta obra. Bajo una postura extremista, debemos amar la serie como a nuestro perro.
Emaná; procede del deporte, concretamente del fútbol.
2.Musicalidad
La música es percibida por los animales. Cuando salgo de casa para hacer un recado y dejo a mi cachorro solo, le pongo música relajante (a veces no sirve y tu perro puede morderte todo).
Su nombre, bajo mi recomendación; debe sonar musicalmente bien.
Ya que el perro lo escuchará infinitas veces, que menos que suene bonito.
Emaná me parece correcto. El acento en la á le da un toque especial. Recuerda el sonido de Maná o Ana.
3.Concordancia sexual
El nombre debe ser ser representativo de si es macho o hembra.
Aquí se encuentra el problema del nombre de Emaná. Quién no conoce al jugador de futbol, que se apellidaba así, puede creer que es hembra.
4.Simbolismo
El nombre puede representar valores, comportamientos, competencias...
Se trata de conocer la fuente emisora, de la que se coge el nombre, para tener conocimiento de lo que puede transmitir.
Con Emaná, piensó que se transmite, fuerza, firmeza, nobleza. Recalco, bajo mi punto de vista, él era un jugador que se ocupaba de una parte del campo complicada, delante de la defensa. Durante un tiempo, el último bastión que sobrepasar para alcazar a la defensa de mi equipo, el Real Betis.
5.Nacionalidad
Se encuentra aquí, el más significativo de los defectos que cometemos.
Si la raza es de un lugar, ¿por qué le ponemos nombres de otra procedencia?
En mi caso no puedo hablar de raza. Emaná es mestizo. Aún así, lo veo yo inglés o español.
Y voy yo, y le pongo un nombre de Camerun...
Con este breve acercamiento, quiero compartir lo duro que ha sido seleccionar un nombre que perdurará en mi vida mucho tiempo. No es perfecto, como tampoco lo es él mientras sea tan aventurero y juguetón.
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